En la película “El Conde”, Pinochet es un vampiro de 200 años, asesino y ladrón, y continúa vivo. En Argentina tuvimos nuestro Conde Videla. Parece también continuar vivo en la reivindicación que hace la candidata Villaruel. O en Bullrich que propone “terminar para siempre con el kirchnerismo”. Acabar con el caos, sindicalistas y piqueteros; imponer el orden económico liberal de grandes empresarios. No podemos esperar que el mercado o el estado resuelvan nuestros problemas, sino el protagonismo popular. La democracia no puede degradarse a emitir un voto.