Año crítico y complejo en lo económico, lo político y con graves consecuencias sociales. Esto en un mundo sacudido por la guerra ya desatada entre las potencias imperialistas, y por la crisis económica. Deberemos votar para no rifar nuestro futuro, pero no será el voto lo que resuelva los dramas coyunturales y los problemas estructurales, sino la organización desde abajo, la mayor unidad posible y la movilización para cambiar el rumbo.