Milei despierta un gran debate que suele quedarse en las apariencias (el histrionismo, la (peluca, el show) o en los debates mezquinos (a quien le saca votos). Más allá de los resultados electorales y por detrás del personaje (una especie de chirolita de algunos ventrílocuos poderosos ) emerge un objetivo bastante claro: instalar un piso de ideas de derecha como nuevo sentido común; proponer como novedad el viejo programa del más rancio liberalismo autoritario argentino; restaurar las medidas ya tomadas por Martínez de Hoz, Cavallo, Dujovne y otros.
Milei despierta un gran debate que suele quedarse en las apariencias (el histrionismo, la (peluca, el show) o en los debates mezquinos (a quien le saca votos). Más allá de los resultados electorales y por detrás del personaje (una especie de chirolita de algunos ventrílocuos poderosos ) emerge un objetivo bastante claro: instalar un piso de ideas de derecha como nuevo sentido común; proponer como novedad el viejo programa del más rancio liberalismo autoritario argentino; restaurar las medidas ya tomadas por Martínez de Hoz, Cavallo, Dujovne y otros
Milei despierta un gran debate que suele quedarse en las apariencias (el histrionismo, la (peluca, el show) o en los debates mezquinos (a quien le saca votos). Más allá de los resultados electorales y por detrás del personaje (una especie de chirolita de algunos ventrílocuos poderosos ) emerge un objetivo bastante claro: instalar un piso de ideas de derecha como nuevo sentido común; proponer como novedad el viejo programa del más rancio liberalismo autoritario argentino; restaurar las medidas ya tomadas por Martínez de Hoz, Cavallo, Dujovne y otros