Hermes y sus amigos se animan, en climas de impunidad, a pensar “el perdón”.

En estas tierras la noción de perdón carga con la mochila de nuestros muertos y desaparecidos, las más originales formas de infringir dolor, la sádica ocurrencia de ofrendar personas vivas al vasto rio. Niños apropiados. Gritos desesperados que nadie escuchó. Cuatro décadas después, la cúspide de la burocracia judicial, no resiste su intento de “perdonar” esas atrocidades. Su decisión no es soportada por la comunidad, que se moviliza motorizada por valores (esta vez no es el del dólar). Se evidencia que no es tolerable perdonar aquello. Sin embargo, también así la relevancia del perdón paradójicamente se engrandece. Se reconfigura el lugar de quién es el portador de la facultad de perdonar. Así como la comunidad le dijo a la Corte que la masacre estatal no se perdona. Hay, habemos, víctimas que sufrieron – sufrimos- conductas violentas por parte de pares de nuestra comunidad y preferimos soluciones diferentes a la intervención estatal mediante la respuesta carcelaria. Leer más

En estas tierras la noción de perdón carga con la mochila de nuestros muertos y desaparecidos, las más originales formas de infringir dolor, la sádica ocurrencia de ofrendar personas vivas al vasto rio. Niños apropiados. Gritos desesperados que nadie escuchó. Cuatro décadas después, la cúspide de la burocracia judicial, no resiste su intento de “perdonar” esas atrocidades. Su decisión no es soportada por la comunidad, que se moviliza motorizada por valores (esta vez no es el del dólar). Se evidencia que no es tolerable perdonar aquello. Sin embargo, también así la relevancia del perdón paradójicamente se engrandece. Se reconfigura el lugar de quién es el portador de la facultad de perdonar. Así como la comunidad le dijo a la Corte que la masacre estatal no se perdona. Hay, habemos, víctimas que sufrieron – sufrimos- conductas violentas por parte de pares de nuestra comunidad y preferimos soluciones diferentes a la intervención estatal mediante la respuesta carcelaria. Leer menos