3 canciones en las que Charlie Watts se luce por Ale Lingenti

Hace unos días, a los 80 años, murió Charlie Watts. Y en Argentina lo lloramos todos. Nunca quiso ser el baterista más espectacular del rock, no le gustaban los solos y tocaba con un sencillo kit de percusión, pero marcó el compás de la autoproclamada "mayor banda de rock’n’roll del mundo" durante cerca de seis décadas. Su importancia dentro de la banda se puede ver a través de lo que allá por 1979 dijo Keith Richards: "Si Charlie no hiciera lo que hace con la batería, no seríamos la banda que somos. Charlie Watts ES los Stones". Y es cierto: los Stones nunca fueron los Stones hasta que Charlie Watts les dio el sí: Hasta enero de 1963, el grupo buscó con mucha dedicación a un baterista que estuviese a la altura de su sonido. A Watts no le gustaba el rock’n’roll y estaba mucho más interesado en el jazz (era un admirador confeso de Elvin Jones, Max Roach o Art Blakey), pero al final terminó aceptando. Fue el último en llegar a la formación original, la que grabó las primeras canciones y dio comienzo a la leyenda de los Rolling Stones, pero sin él no se explicaría el estilo de la banda. Su primer concierto con los Stones fue en el Flamingo de Picadilly, en enero de 1963, y después de aquel show, el tecladista Ian Stewart dijo que habían contratado al mejor baterista de Inglaterra. Watts le aportó sofisticación y elegancia a la música de los Stones. Aunque el eje central de su trayectoria fue con la banda de Jagger y Richards, ya en los años 80 emprendió una carrera paralela con el Charlie Watts Quintet (cuatro álbumes, dos de ellos dedicados a Charlie Parker). En 3D (lunes, martes y miércoles de 23 a 1 en El Destape Radio) le rendimos un sincero homenaje con un informe que incluye tres canciones clásicas de los Stones en las que el gran baterista se luce. Leer más

Hace unos días, a los 80 años, murió Charlie Watts. Y en Argentina lo lloramos todos. Nunca quiso ser el baterista más espectacular del rock, no le gustaban los solos y tocaba con un sencillo kit de percusión, pero marcó el compás de la autoproclamada "mayor banda de rock’n’roll del mundo" durante cerca de seis décadas. Su importancia dentro de la banda se puede ver a través de lo que allá por 1979 dijo Keith Richards: "Si Charlie no hiciera lo que hace con la batería, no seríamos la banda que somos. Charlie Watts ES los Stones". Y es cierto: los Stones nunca fueron los Stones hasta que Charlie Watts les dio el sí: Hasta enero de 1963, el grupo buscó con mucha dedicación a un baterista que estuviese a la altura de su sonido. A Watts no le gustaba el rock’n’roll y estaba mucho más interesado en el jazz (era un admirador confeso de Elvin Jones, Max Roach o Art Blakey), pero al final terminó aceptando. Fue el último en llegar a la formación original, la que grabó las primeras canciones y dio comienzo a la leyenda de los Rolling Stones, pero sin él no se explicaría el estilo de la banda. Su primer concierto con los Stones fue en el Flamingo de Picadilly, en enero de 1963, y después de aquel show, el tecladista Ian Stewart dijo que habían contratado al mejor baterista de Inglaterra. Watts le aportó sofisticación y elegancia a la música de los Stones. Aunque el eje central de su trayectoria fue con la banda de Jagger y Richards, ya en los años 80 emprendió una carrera paralela con el Charlie Watts Quintet (cuatro álbumes, dos de ellos dedicados a Charlie Parker). En 3D (lunes, martes y miércoles de 23 a 1 en El Destape Radio) le rendimos un sincero homenaje con un informe que incluye tres canciones clásicas de los Stones en las que el gran baterista se luce. Leer menos